El Romanticismo

2.1 VISIÓN DEL MUNDO

El movimiento romántico presenta una visión del mundo que se caracteriza por los
siguientes rasgos:

  • Subjetividad e idealismo. Se exaltan el yo, la sensibilidad individual y los sentimientos apasionados. El idealismo lleva aparejado un deseo infatigable de alcanzar lo sublime en todos los terrenos vitales: amor, belleza, libertad, etc. Este deseo se acaba estrellando contra una realidad insatisfactoria y da lugar al desasosiego, la melancolía y el desencanto (el llamado “mal del siglo”).
  • Rebeldía y deseo de evasión. La insatisfacción con la realidad produce un sentimiento de rebeldía, simbolizado por personajes alejados de las normas como el pirata o don Juan. Esta insatisfacción provoca además un deseo de evasión hacia lugares exóticos e imaginarios, hacia una legendaria Edad Media o al mundo de la inconsciencia y el sueño. El desengaño también puede llevar a considerar la muerte como forma definitiva de evasión.
  • Libertad. Frente a los límites que las convenciones imponen, se defiende la plena libertad individual en todos los ámbitos: político, moral y artístico.
  • Naturaleza. Los elementos de una intensa naturaleza se emplean para tratar de expresar el desasosiego anímico del autor. Son frecuentes los paisajes desolados, oscuros y solitarios como acantilados, océanos, páramos o montañas. En ellos se producen fenómenos meteorológicos como la niebla o las tormentas.

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Además, es frecuente la aparición de presencias sobrenaturales o sonidos inquietantes en lugares símbolo del pasado y asociados a la muerte: castillos, cementerios, viejas ruinas, etc.
Nacionalismo. La afirmación de la identidad individual se corresponde, en cierto sentido, con la búsqueda de una identidad colectiva. Así, se recuperan y difunden las peculiares tradiciones lingüísticas y culturales de cada nación, a partir de un pasado legendario. De ahí el gusto por las creencias, las leyendas y las tradiciones populares.

2.2 TEMAS DEL ROMANTICISMO

  1. Motivos histórico-legendarios.- El Romanticismo español se interesó más por la Edad Media que por cualquier otra etapa del pasado. De ella recogió motivos y personajes muy diversos (reyes godos, árabes, castellanos,…). Dentro de esa Edad Media a la que se recurrió en tantas ocasiones, destaca como fuente de inspiración continua la épica y la poesía trovadoresca.
    El Siglo de Oro, pese que su literatura interesa tanto a los románticos, fue menos tratado como tema, ya que la imagen absolutista de la España de los Austrias no encajaba con los ideales de libertad de la época.
  2. Las costumbres y el folklore.- El artista romántico tenía una fuerte conciencia regional y mostró gran interés por las tradiciones y costumbres del lugar en el que vivían. Junto a esas costumbres, se preocupará también del folklore de la región (canciones, bailes, trajes, etc…). Con frecuencia, la representación literaria de estas costumbres se hará de forma idealizada, y es en esa idealización en la que se basa la diferencia fundamental entre la literatura costumbrista romántica y la novela regional del Realismo.
  3. Los sentimientos: el amor y la muerte.- Nos vamos a encontrar con dos formas de entender el amor:
    – Un amor sentimental, que pone el mayor interés en los aspectos tristes y melancólicos, considerando el Amor como un ideal inalcanzable (Bécquer).
    – Un amor-pasión, entendido como sentimiento arrebatador e irreflexivo. Este tipo de amor suele ir unido a la rebeldía contra la sociedad, de manera que produzca tensiones y desgracias que suelen culminar en la infelicidad o la muerte (Don AlvaroDon Juan).
    La muerte y su peculiar escenografía (cementerios, cipreses, tumbas, …) era un sentimiento familiar para el hombre romántico, que la consideraba, muchas veces, como una liberación de la vida, como la única salida al desengaño y al pesimismo de su existencia (El estudiante de Salamanca).
  4. La religión.- En la mayoría de las ocasiones no nos vamos a encontrar con expresiones del sentimiento religioso, por el contrario, será más frecuente encontrar verdaderas increpaciones a Dios que, según el pensamiento de la época, se presenta distanciado e insensible a los problemas humanos. Por otra parte, lo religioso tendrá mucha importancia como fuente de inspiración para leyendas y motivos literarios.
  5. La preocupación política y social.- En las obras españolas del momento, los escritores intentarán llevar la libertad a todas las esferas de la vida humana:
    – En política pedirán el derecho a la libre expresión del pensamiento.
    – En lo social defenderán la libertad del pueblo para rebelarse contra el absolutismo. Los escritores pondrán su arte al servicio del pueblo, denunciando situaciones e injusticias.
    – En lo literario buscarán la supresión de las reglas que impidan la espontaneidad del acto creador.

2.3 ETAPAS

En Europa, el movimiento romántico atraviesa tres etapas:
• Prerromanticismo. En la segunda mitad del siglo XVIII algunos escritores acogen en sus obras el análisis de los sentimientos individuales y la intimidad. El movimiento alemán Sturm und Drang se enfrenta a las normas de creación neoclásicas, a las que opone la libertad del genio creador y la expresión de los sentimientos. El principal escritor de este movimiento es Goethe.
• Romanticismo pleno. Coincide con las primeras décadas del siglo XIX. Se hacen evidentes dos corrientes ideológicas distintas dentro del movimiento: una tendencia conservadora (Goethe, Scott), que busca en el pasado los auténticos valores, y otra progresista (lord Byron, Victor Hugo), que defiende la democracia y la libertad plena.
• Posromanticismo. A partir de la segunda mitad del siglo XIX se va imponiendo una
literatura preocupada por la realidad social, si bien en la obra de algunos escritores pervive la exploración de los sentimientos íntimos.

En España, estas etapas son algo distintas:

• Primeras décadas del siglo XIX. Sobrevive la literatura dieciochesca, a pesar de que algunos autores europeos veían el pasado literario español esencialmente romántico.
• Desde 1833 y hasta 1840. Se difunde y llega a su apogeo el Romanticismo gracias a autores como Espronceda, Larra (progresistas en lo ideológico), Zorrilla y el duque de Rivas (pertenecientes a una línea conservadora de pensamiento).
• A partir de 1840. Va ganando terreno el movimiento realista, aunque los dos grandes poetas posrománticos, Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro, publican sus obras en la segunda mitad del siglo XIX.